Un directorio para hacer visible lo invisible

Por Daviel Reyes.- En Veracruz no existe una industria cinematográfica. Se filman cortos, se producen documentales, se gestan uno o dos  largometrajes, pero el proceso sigue siendo fragmentado, dependiente de esfuerzos individuales y con poca infraestructura que los respalde. Natalie Perusquia y Edmundo Pérez lo saben bien. Han trabajado dentro de este ecosistema durante años y han visto cómo las oportunidades se diluyen por la falta de una estructura clara. De esa necesidad nace el Directorio de Servicios Fílmicos de Veracruz, un proyecto que busca mapear y organizar a las, los y les profesionales del cine en el estado de Veracruz, conectar el talento local con producciones nacionales e internacionales y, en el camino, profesionalizar al gremio.

“No podemos hablar de una industria cinematográfica en Veracruz”, dice Natalie, con la certeza de quien conoce a fondo los sectores público y privado y ha visto muchos intentos aislados caer en el olvido. “Lo que sí podemos decir es que existe una cultura fílmica con más de cien años de historia en el estado. Hay gente haciendo cine, produciendo, exhibiendo, enseñando, pero sin una economía que lo sustente, sin una estructura formal”.


Esa es la intención principal del directorio: convertirse en una herramienta real y tangible para que el cine en Veracruz pueda estructurarse como un sector formal y sostenible. En el pasado, se han registrado los espacios de exhibición, se han construido redes, pero los esfuerzos han sido esporádicos y no han tenido continuidad. “No es un concepto nuevo”, explica Edmundo Pérez, quien pensó la idea del directorio desde hace 15 años.  “Sí es la primera vez que se construye de manera independiente y con un objetivo claro: consolidar una base de datos funcional para conectar a los trabajadores del cine con las producciones que llegan al estado”.

El problema a resolver es evidente. Cuando una producción nacional o extranjera llega a Veracruz, no tiene claro cuántos diseñadores de sonido hay, cuántos guionistas, cuántos directores de arte. Como no existe un registro oficial, las casas productoras terminan trayendo talento de fuera. “Ese es el objetivo”, complementa Perusquia, “que cuando una producción quiera filmar en Veracruz pueda contratar aquí, en lugar de importar talento de Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara”.

El registro está abierto hasta el 15 de agosto y el proceso es sencillo: un formulario de Google donde los interesados pueden ingresar su información profesional. Se puede acceder desde las redes sociales del proyecto: Instagram y Facebook: @directoriofilmico.ver

“Va a haber un proceso de verificación”, dice Natalie, “porque sabemos que siempre hay quien pone datos falsos o inflados”. Además, el proyecto apunta a una profesionalización real del sector. Hay que saber cómo entrar al mercado de manera formal; eso implica, por ejemplo, tener un régimen fiscal adecuado, conocer los procesos de contratación y entender las reglas del juego de la industria cinematográfica. “Hoy en día, si no puedes emitir facturas, no puedes trabajar en una producción grande”, explica Edmundo, “antes se podía encontrar maneras informales de cobrar, pero eso ya no es viable con las nuevas regulaciones fiscales. Queremos que el directorio no solo sea un registro de nombres, sino una herramienta que ayude a que el cine veracruzano se profesionalice”.

Para ello están planeando talleres y asesorías con expertos en temas fiscales y de producción cinematográfica. “No queremos traer ‘coaches’ que den discursos motivacionales”,  ironiza Pérez, “queremos gente que realmente trabaja en la industria y que pueda decirles a los cineastas de Veracruz: así lo hice yo, así me equivoqué, así lo corregí”.


La independencia es la búsqueda principal. El cine en Veracruz ha tenido una relación de amor-odio con las instituciones gubernamentales. Si bien existen apoyos estatales y federales, la falta de transparencia y el uso político de los recursos han generado desconfianza en el gremio. Por eso, Natalie y Edmundo, dejan muy claro que este directorio no está ligado a ninguna administración ni autoridad, este no es un proyecto político.  

“No queremos que dentro de seis años llegue otra administración y diga: ‘esto ya no nos interesa’, y todo el trabajo se pierda”, Natalie Perusquia es tajante, “lo estamos haciendo de manera independiente, pero con vínculos estratégicos”. El directorio ya está buscando alianzas con CanaCine, las secretarías de Cultura y de Turismo estatales, pero con un enfoque claro: sumar esfuerzos sin depender exclusivamente de ellos. En esta primera fase, la prioridad es la difusión del directorio. “En este momento, lo más importante es que la comunidad lo haga suyo”, dice Edmundo. “Queremos que los cineastas de Veracruz se sumen porque esto es para ellos. Si logramos que el gremio lo adopte como una herramienta real, habremos dado un paso enorme para cambiar la historia del cine en el estado”.

El plan es que el directorio tenga una versión digital y, si los recursos lo permiten, una versión impresa. “Sabemos que el formato físico es más costoso”, admite Natalie, “pero también tiene un peso simbólico. Queremos que exista una publicación tangible que las productoras puedan consultar, que sea una referencia”. El mayor desafío es garantizar que el directorio se mantenga actualizado y no se convierta en un documento obsoleto con los años. La idea es que pueda renovarse periódicamente y que los cineastas veracruzanos encuentren en él una herramienta de trabajo y no solo una lista de nombres. “Si logramos que este directorio conecte a la comunidad cinematográfica del estado con producciones reales, habremos dado un paso importante”, concluye Edmundo. “Porque el cine en Veracruz tiene talento, tiene historia y tiene potencial. Lo único que le falta es organización. Y este directorio puede ser el primer gran paso para lograrlo”.

El cine veracruzano es una comunidad que existe, trabaja, resiste y crea, aunque muchas veces no tenga el reconocimiento ni el respaldo que merece —muchas veces porque no lo merece—. El Directorio de Servicios Fílmicos de Veracruz es un primer paso para hacer visible lo que hasta ahora ha permanecido disperso, una herramienta para que el talento veracruzano no solo sea conocido, sino contratado, impulsado y profesionalizado. Porque, comencemos por reconocerlo, no basta con hacer cine. Hay que ocupar un espacio en la industria. Dejar de ser la anécdota de un rodaje ocasional y convertirnos en un destino obligado para la producción cinematográfica en México. Veracruz tiene historia, tiene locaciones inigualables, pero sobre todo tiene gente que sabe hacer cine. Y ahora, por primera vez, habrá un documento que lo demuestre.