La Ley Trasciende y el «bien morir» en México

El Pensadero.

Por Héctor González Amador

Entre las múltiples formas en que el Estado Mexicano abandona su deber de brindar condiciones de vida dignas a la población, una es particularmente cruel e inhumana. Ningún gobierno que se haga llamar humanista podría mantener entre la legislación vigente la obligación de continuar la vida de un paciente que no tiene posibilidades de recuperación, que sufre, que no tiene acceso a medicamentos, a atención médica pronta, profesional y ética, que perderá o ha perdido la conciencia y cuya familia se debate entre perder todo su patrimonio, en caso de tenerlo, o hacerle de las vías para el bien morir. 

Samara Martínez es una periodista mexicana, tiene apenas 30 años y los últimos 10 ha enfrentado una dura batalla contra su propio cuerpo, empezando por un diagnóstico de lupus. Vive con insuficiencia renal que la llevará a la muerte en el futuro próximo. Ella lo sabe, su familia la acompaña, y lo que pide Samara es simple: ya que sabe que su cuerpo y conciencia se van a deteriorar, tomar la decisión de cómo y en qué momento morir. 

Ya lo intentó todo, dos transplantes de riñón, quimioterapias, diálisis, y constantes entradas y salidas del hospital. Hoy depende de conectarse 10 horas diarias a una máquina para poder vivir, pero sabe que un día ni eso va a ser suficiente, y cuando eso pase ha pedido no pasar más dolor, despedirse con dignidad. 

Esta semana cuestionaron a la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la posibilidad de que se legalice la eutanasia durante su gobierno, que se convoque al Poder Legislativo para su discusión y aprobación, pero ella no quiere pronunciarse, dice que es un tema polémico y se confunde, o trata de distraernos, diciendo que en la Ciudad de México “se optó por que fuera decisión de la persona y que lo pusiera previamente de manera voluntaria”. En realidad a lo que se refiere la presidenta es a la Ley de Voluntad Anticipada, que es más bien ortonasia y no eutanasia; permitirle a un paciente terminal renunciar al tratamiento médico. 

Insistió la periodista, —¿y su opinión?— 

— No, no. Prefiero que se debata el tema en este caso —, rechazó Sheinbaum. 

¡Qué jodido! Caer en la desgracia de padecer una enfermedad grave, atravesar el tormentoso camino de buscar atención médica en México, donde no hay camas de hospital que alcancen, ni médicos especialistas, ni medicamentos suficientes, ni procedimientos quirúrgicos de emergencia. En el IMSS – Bienestar, por ejemplo, ya no encuentras una cita para cirugías en este año, a finales de diciembre abren la agenda 2026 que ya está saturada antes de iniciarse porque el rezago es criminal. 

Sheinbaum no quiere cargar con el costo político de apoyar y promover un cambio legislativo que le permita a estas personas morir sin sufrimiento innecesario, sin dolor ni encarnizamiento terapéutico. En su discurso inaugural, la primera presidenta de México fue muy enérgica en sostener que sería presidenta con A, porque lo que no se menciona no existe. Y luego abandona su responsabilidad de gobernar sin consideraciones de dogmas y se niega a opinar sobre temas fundamentales para el país. A la clase política mexicana le da miedo enfrentar el juicio de los aún millones de católicos que rechazarían la aprobación de la eutanasia, y con ello se disminuye a los pacientes terminales a estadísticas de popularidad. 

Samara anunció que a finales del mes de octubre presentará ante ambas cámaras legislativas su propuesta de iniciativa para que se discuta la eutanasia en México, pero algo preocupa en el panorama inmediato, y es que el pasado 25 de septiembre la diputada morenista Olga Leticia Chávez Rojas, presentó una iniciativa que permitiría modificar la Ley General de Salud y el Código Penal Federal, para permitir que los pacientes terminales, incluyendo menores de edad, puedan solicitar la eutanasia. 

El problema con que haya sido Chávez Rojas quien lo propone es claro: además de que es la diputada que admitió no leer sus iniciativas y pedirle a la inteligencia artificial que haga el trabajo por ella, la morenista pluri por Nuevo León también ha ingresado antes otras propuestas legislativas que parecen ser de avanzada en Derechos Humanos, pero que termina retirando sin mayor explicación o que son rechazadas, pero en todos los casos recibieron amplia atención mediática y toda la difusión del bloque morenista. 

Así pasó cuando propuso modificar la Ley de Migración para impedir que los deudores alimentarios pudieran salir del país, o cuando quiso reformar la Ley Federal del Trabajo y la del Seguro Social para obligar a los patrones a pagar de forma casi inmediata los gastos por incapacidad de sus empleados. Chávez siempre aparece en escena en temas sociales que parecen mejorar las condiciones de sectores vulnerables, sus propuestas son publicadas en las portadas de los medios nacionales, pero no prosperan.  

Si están o no preparando una simulación legislativa más en el Grupo Parlamentario de Morena no lo sabremos en lo inmediato. Lo que sí podemos hacer quienes creemos en la dignidad humana frente a la tragedia de las enfermedades graves, es apoyar la iniciativa de Samara en Change. org en la siguiente liga:  https://chng.it/wtp7TRJJ2w