Por Héctor González Amador.
Cuarenta municipios del norte de Veracruz fueron afectados por las lluvias e inundaciones el pasado 10 de octubre. Desde entonces, según el corte del pasado jueves, 34 personas murieron y 14 están en calidad de desaparecidas. Las pérdidas aún no se calculan y, desde el día del desbordamiento del Río Cazones, miles de mexicanos se han sumado a la ayuda que no alcanza en Poza Rica y Álamo, municipios en el epicentro del desastre. Otros cinco estados – Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas, Hidalgo y Querétaro- también se están recuperando.
Este domingo el Papa León XIV publicó un mensaje en X, escasas cuatro líneas donde lamenta los daños en las poblaciones de México oriental, anuncia sus rezos y encomienda las almas de los difuntos a la Virgen Santa. La respuesta fue diversa, pero llaman la atención los usuarios que, fuera de agradecer las buenas intenciones de Su Santidad, le piden que aporte económicamente a la causa, que done las entradas de un día entero a El Vaticano. Otros se quejan del gobierno mexicano y de la violencia que agrega peso a las familias que lo perdieron todo.
A León XIV le recriminan la falta de acción de la iglesia, y acusan ante él las posibles relaciones del Gobierno de México con la narcoviolencia, le piden ayuda, se quejan. Otros rezan y agradecen el mensaje que llega tres semanas después de las inundaciones, pero que sigue vigente porque ni los tres órdenes de gobierno, con la suma de todos sus esfuerzos, como aseguran en cada boletín institucional, han podido terminar de limpiar las calles de las ciudades y pueblos que viven ahora bajo la amenaza de infecciones en el lodo podrido que todavía complica salir de casa.
Le responden que las oraciones y sus mensajes son importantes, pero que en El Higo, en Ilamatlán, en la Huasteca, lo que hace falta son picos y palas, víveres, y sobre todo, que el gobierno deje de impedir que llegue la ayuda humanitaria enviada por civiles organizados, los primeros en aparecer en la zona. León XIV no se salva de la inmediata respuesta digital, y los usuarios que ya no se conforman con mandar cadenas de oraciones o publicar imágenes religiosas se lo han hecho saber.
